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- mar., 30/11/2021
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Explicación de la escasez de componentes
Te habrás dado cuenta de que últimamente, encontrar una tarjeta gráfica, una PS5 o una XBOX es casi imposible. Existen varias razones para ello, una de las cuales es una causa común que afecta a todo el mercado tecnológico: la escasez de componentes.
En este artículo, trataremos de entender por qué existe dicha escasez y cómo nos afecta.
¿Qué significa la escasez de componentes?
Cuando hablamos de escasez de componentes, nos interesamos sobre todo en los semiconductores. Sin entrar en demasiados detalles técnicos, semiconductor es un término genérico utilizado para designar todos los pequeños componentes que se integran en la placa base de nuestros dispositivos electrónicos.
Descubierto en el siglo XIX, un semiconductor es una sustancia, generalmente un elemento o compuesto químico sólido, que puede conducir la electricidad en determinadas condiciones, pero no en otras. Esto lo convierte en una buena forma de controlar una corriente eléctrica, ya que actúa como un interruptor de encendido y apagado controlado eléctricamente y permite realizar cálculos lógicos básicos. Como resultado, los semiconductores están en todas partes, son los que hacen funcionar nuestros teléfonos inteligentes, ordenadores, tarjetas gráficas, consolas de juegos, etc.
Desde hace décadas, todos los sectores de actividad se han ido digitalizando progresivamente. En los últimos 15 años, la demanda de semiconductores ha aumentado exponencialmente. En efecto, hoy en día el mundo financiero, el del automóvil, el de la medicina o incluso el del transporte necesitan dispositivos electrónicos y, por tanto, cada vez más semiconductores, lo que provoca un fuerte aumento de la demanda.
Sin embargo en 2020, la pandemia mundial de COVID 21 provoca una onda expansiva muy violenta. Ante esta situación excepcional, los fabricantes decidieron reducir la producción, pensando que se enfrentarían a un descenso de la demanda. Sin embargo, ocurrió exactamente lo contrario. El teletrabajo y el confinamiento masivo han provocado una explosión en la demanda de ordenadores, tabletas, televisores, videoconsolas, webcams, etc. Si a esto le añadimos algunas tensiones geopolíticas entre China y Estados Unidos, que han llevado a las empresas tecnológicas chinas a almacenar agresivamente chips y equipos de fabricación de chips en previsión de las sanciones de Estados Unidos, es fácil ver por qué no es nada sencillo hacerse con un nuevo smartphone en estos tiempos.
Al principio de la pandemia, la demanda de automóviles disminuyó al mismo tiempo. En consecuencia, los fabricantes de semiconductores dieron prioridad a la producción de materiales para la electrónica personal en lugar de para el sector del automóvil. Pero ahora la demanda de automóviles ha vuelto a repuntar y la industria automovilística se está quedando sin semiconductores, que son esenciales para un vehículo moderno, desde el frenado hasta la dirección o la gestión del motor.
Escasez de semiconductores, ¿hasta cuándo perdurarán las consecuencias?
La mayoría de los fabricantes de semiconductores coinciden en que la escasez seguirá teniendo impacto hasta 2023. Esto plantea la cuestión de cómo salir de la crisis de forma rápida y sostenible.
China trabaja actualmente en la creación de su propio diseño y producción de chips y aspira a la autosuficiencia.
Mientras que en el mundo occidental, el dilema llega en un momento en el que los actores del sector de los semiconductores ya se han adherido a un modelo de negocio de subcontratación de la fabricación a fábricas extranjeras más baratas y especializadas durante las dos últimas décadas para ellos centrarse en el diseño.
Sin embargo, la crisis sanitaria ha acelerado la conciencia de Europa de que depende demasiado de los proveedores extranjeros para una serie de bienes absolutamente esenciales, entre ellos los semiconductores. Por ello, los Estados miembros de la UE revelaron en febrero que planeaban construir una fábrica de 30.000 millones de dólares para producir la última generación de chips (5nm y 2nm), en un intento de dejar de depender de las importaciones de los actores de la industria asiática.